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viernes, 1 de agosto de 2014

BALANCE NUTRICIONAL



BALANCE NUTRICIONAL
Es cierto que lo que en general todo individuo preocupado por su cuerpo busca es un cuerpo armonioso y agradable estéticamente, mas esto no es sinónimo de cuerpo saludable. Un cuerpo saludable es aquel que recibe de los alimentos ingeridos un cuidadoso balance nutricional, es decir, que recibe aquellos nutrientes que ese singular organismo necesita para funcionar. Esto es algo que  nutricionistas, deportólogos y médicos en general se cansan de repetir dado que es habitual el consumo de dietas de todo tipo actualmente.  Puede que sea beneficioso tratar de alcanzar un cuerpo o peso ideal pero si esto no se realiza con cierto nivel de responsabilidad personal, las consecuencias pueden ser nefastas. Cuando hablamos de responsabilidad queremos decir lo siguiente: cada uno sabe qué es saludable y qué no en cuanto a los alimentos pero muchas veces en el afán de perder kilos perdemos la referencia de lo que es un cuerpo saludable y con buen peso y lo que es un cuerpo demasiado flaco. Es importante que esa referencia esté marcada por un profesional idóneo y no por personajes extraídos de la farándula u otros medios de comunicación.
Punto de Equilibrio

Quizás esto que estamos diciendo suena un tanto exigente. Es que encontrar la manera de que sea posible disfrutar del comer pero a la vez evitar los excesos (hacia arriba y hacia debajo de la balanza) es sumamente complicado.
La clave puede estar en saber escuchar al médico especialista sin dejar de intervenir marcando cuáles son nuestras preferencias al momento de sentarse a la mesa o abrir la heladera ante un antojo. Este punto de equilibrio entre lo que queremos comer y lo que podemos comer es muy difícil de alcanzar, o mejor dicho, muy difícil de sostener. Puede que un día logremos este equilibrio nutricional pero al día siguiente de repente ante un antojo recurrimos a alimento con grasas o con exceso de azúcar. Bueno, esto no es tan terrible si tenemos en claro que ese balance nutricional no está pensado como una dieta acotada en tiempo sino como un plan de alimentación, como un estilo de vida que nos acompaña siempre y del que podemos salirnos para luego regresar. El pensarlo así muchas veces tranquiliza, dado que nos permite salirnos por ejemplo los fines de semana (en la cena o en la merienda)  y luego retomar la alimentación o el plan de todos los días.
  Lo buscado en los planes alimenticios con un buen balance nutricional es que el sujeto pueda mantener mas o menos estables los niveles de nutrientes que se incorporan al organismo evitando en lo posible grasas saturadas y azúcares en exceso.


Equilibrio Emocional

Una búsqueda que intente sólo mantener un buen balance nutricional sin prestar atención al estado global del sujeto suele ser (sobre todo en casos complejos) irreal. Es que es sumamente habitual que los atracones o la falta de ingesta de alimentos se de asociada a algún desajuste emocional. Es por esto que se sugiere en muchas ocasiones acompañar el proceso de adelgazamiento o de normalización del peso con una consulta psicológica. No es igual buscar un equilibrio en nuestra alimentación una vez que ya mas o menos estamos cerca de nuestro peso normal que cuando estamos muy desfasados respecto de ese peso.  Además los temas vinculados al cuerpo a veces están vinculados a trastornos del esquema corporal más complejos (bulimia, anorexia, obesidad) por lo que el abordaje de la problemática debe realizarse de modo interdisciplinario.
EL IMPACTO QUE  TIENE EL BALANCE  NUTRICIAL
La provisión de una nutrición e hidratación apropiadas es un sello de calidad de la atención compasiva pero suele ser descuidada en toda clase de servicios asistenciales. Este problema no es nuevo y ha sido reportado en la literatura médica durante casi cuatro décadas. Las consecuencias son clínica y financieramente costosas.
Los pacientes desnutridos tienen déficit de calorías, proteínas, vitaminas o minerales, con apreciables efectos adversos corporales. Los pacientes en riesgo son los que ingieren pocas cantidades o tienen anorexia, disfagia, enfermedad crónica o una alteración funcional, social o cognitiva. Es difícil definir adecuadamente la hidratación. Se calcula teniendo en cuenta un conjunto de indicadores clínicos (confusión, taquicardia, presión arterial, sed), análisis bioquímicos séricos (uremia, creatininemia), marcadores de perfusión tisular (diuresis, niveles de lactato) y, la densidad específica de la orina.
Un gran problema con mala prensa
En el Reino Unido, las encuestas nacionales de nutrición estiman que casi 3 millones de personas están desnutridas o en riesgo de desnutrición, de las cuales más del 90% es atendida en la comunidad. Uno de cada 3 pacientes hospitalizados o en atención domiciliaria y 1 cada 5 de los internados en servicios de salud mental estaban desnutridos o en riesgo de estarlo, según los resultados de 4 encuestas (31.646 hospitalizados, 3.404 en atención domiciliaria y 1.206 internados en servicios de salud mental).
El estado nutricional suele declinar después de la admisión hospitalaria debido a enfermedades o lesiones agudas que pueden alterar el apetito, la deglución y la absorción intestinal.
Durante sus investigaciones en la atención de ancianos, la ombudsman de salud de Inglaterra, Ann Abraham, comprobó la falta de acceso al agua potable y, en la mitad de los casos, una ayuda inadecuada a la hora de comer. Ella lo catalogó como incomprensible y dijo que cada trabajador del National Health Service (NHS), incluyendo médicos, enfermeras, administradores y jefes ejecutivos, tiene la responsabilidad de proporcionar líquidos y nutrición adecuados. Sus hallazgos no son aislados.
La Care Quality Commission (CQC) informó que solo 51 de los 100 hospitales de agudos del NHS cumplieron por completo con sus estándares para satisfacer las necesidades nutricionales de los pacientes. En la actualidad, se espera el informe de la comisión sobre dignidad y nutrición de los pacientes que surgió de la inspección de 500 atenciones domiciliarias en 2012. La campaña “El hambre debe ser escuchada” y el informe Malnutrición en la comunidad y el hospital, de la Patients’ Association indican que se debe reportar la provisión inadecuada alimentos de fácil acceso e hidratación a en todos los tipos de servicios de salud.
Importancia del manejo de la nutrición y los líquidos
En las enfermedades agudas y crónicas, la desnutrición se asocia con mayor morbilidad y mortalidad. En las personas con poca o ninguna ingesta, las complicaciones asociadas a la desnutrición pueden surgir a los pocos días y preceder a una pérdida de peso significativa.
En la curación de las heridas, la desnutrición prolonga la fase inflamatoria, disminuye la proliferación de los fibroblastos, altera la síntesis del colágeno y reduce la resistencia de la herida a la tracción. En consecuencia, la desnutrición se asocia con mayor riesgo de úlceras de decúbito, retardo de la curación de las heridas, infecciones de la herida y heridas crónicas que no curan.
La desnutrición también altera el sistema inmunológico por la supresión de: la inmunidad mediada por células, el sistema del complemento, la función fagocitaria, la producción de citocinas y la respuesta y afinidad de los anticuerpos. En un estudio de observación, los pacientes hospitalizados identificados como de alto riesgo mediante el índice de riesgo nutricional, tenían 3 veces más riesgo de infecciones nosocomiales comparados con pacientes similares bien nutridos.
La desnutrición se asocia con 2-3 veces más riesgo de complicaciones posoperatorias. Afecta a los pacientes internados por enfermedades como accidente cerebrovascular, úlceras por decúbito o caídas. La morbilidad secundaria a la desnutrición prolonga la estancia hospitalaria en un promedio de 3 días y aumenta las tasas de admisión hasta un 50%.
El efecto de la mala nutrición es particularmente grave en los ancianos. La desnutrición crónica se asocia con fragilidad, adelgazamiento, debilidad, inmovilidad, sarcopenia y falta de resistencia. Los pacientes desnutridos visitan a su médico de cabecera 2 veces más frecuentemente que los bien nutridos y tienen 3 veces más posibilidad de ser hospitalizados, comparados con pacientes que sufren otras enfermedades.
También experimentan más complicaciones y mayores tasas de mortalidad en todos los grupos de edad y por cualquier enfermedad. Las personas en riesgo de desnutrición también parecen experimentar resultados adversos, como lo ha demostrado un gran estudio multicéntrico de 5.051 pacientes de 26 hospitales ales de 12 países. Esos pacientes tuvieron 12 veces más posibilidad de fallecer en el hospital.
La deshidratación y la sobrehidratación son causas y consecuencias bien conocidas de enfermedades y lesiones. La asociación de sobrecarga de líquido intravenoso con la subsecuente morbilidad y mortalidad raramente es reconocida por las autoridades reguladoras debido a la dificultad para establecer tanto la causa como el efecto.

ALIMENTOS NUTRITIVOS
NUTRIENTE
FUNCIÓN
ALIMENTOS
Vitamina A /
Beta caroteno
Mantiene el revestimiento de los tejidos, tracto respiratorio, reproductivo, digestivo y urinario.
Zapallo cidrayote; batatas/ñame; zanahorias; yema de huevo; brotes de alfalfa; endivias; col; aceite de hígado de bacalao; legumbres verdes; nabo; brócoli; remolachas; acelga; morrones verdes; ajíes; ajíes rojos dulces; calabazas; diente de león; perejil; mango; melón; caquis; damascos; papaya; repollitos de Bruselas; espárragos; zapallito largo; arvejas; aceites de hígado de pescados. (Cuanto más oscura sea la carne, mayor el contenido de vitamina A/ beta caroteno).
Vitamina B
Participa en las reacciones metabólicas y en la producción de energía a nivel celular, además del crecimiento interno.
Huevos; quesos; nueces; semillas de girasol; semillas de mijo; verduras de hojas verdes; cereales; granos; espárragos; brócoli; limón; bananas; germen de trigo; yogurt; levadura de cerveza; repollitos de Bruselas. Este listado es incompleto, ya que hay ocho vitaminas del tipo B que trabajan en conjunto.
Vitamina C (ácido ascórbico)
De gran importancia en las situaciones de estrés; un nutriente con propiedades antiinflamatorias, antihistamínicas, antioxidante y antiestrés.
Papas o patatas; brócoli, morrones rojos; pimientos verdes; tomates; espárragos; arvejas; rabanitos; acelga; zapallitos largos; guava; kiwi; naranjas y jugo; papaya; coliflor; fresas; melón; repollitos de Bruselas.v
Vitamina E
Un antioxidante que protege las membranas celulares.
Yema de huevo; verduras de hojas verdes; brotes de alfalfa; avena; germen de trigo; almendras; castañas de cajú; granos de lima; semillas de girasol.
Proteína
Provee de aminoácidos (los bloques constitutivos del cuerpo)
Yema y clara de huevo; comidas con soja; yogurt sin sabor descremado; queso descremado; queso cottage descremado; pollo bien cocido y huesos de pollo; pescados; pavo; atún en agua; arroz integral; pastas enriquecidas; nueces; quinua; amaranto; combinaciones de arroz con frijoles/porotos; manteca de maní; tofu.



Calcio
Se ocupa del crecimiento y del soporte de la estructura ósea (muy importante para los loros grises africanos).
Cáscara de huevo (hervida y aplastada); queso descremado; yogurt descremado sin sabor; bloques de minerales; col; nabo; legumbres verdes; endivias; diente de león; brócoli; almendras; levadura de cerveza; suero de leche; avena; kelp (un tipo de alga); frijoles/porotos y arvejas secos cocidos; semillas de sésamo; tofu; naranjas; moras; perejil.
VITAMINA D
Promueve la adecuada absorción y utilización del calcio y del fósforo.
Yema de huevo; vita lights; salmón; sardinas; aceite de hígado de pescado; batatas; verduras de hojas oscuras; pescado de aguas frías.
Fósforo
Importante para la síntesis de los ácidos ribo y desoxiribonucleicos (ADN y ARN), la salud de los nervios, la contracción del corazón y músculos; el funcionamiento de los riñones; así como para otras funciones. El fósforo debería estar en similar cantidad a la del magnesio y ambas a la mitad de la del calcio.
Alimentos ricos en proteinas, como huevos duros; arroz integral; yogurt; queso, pollo bien cocido; legumbres.
Magnesio
Relacionado con muchos procesos metabólicos; ayuda a regular el equilibrio ácido-base y promueve la absorción y el metabolismo de otros minerales, especialmente el calcio. El magnesio debería estar en similar cantidad a la del fósforo y ambas a la mitad de la del calcio.
Granos enteros; verduras de hojas oscuras; maíz; manzanas; legumbres; semillas; nueces; almendras; alimentos naturales; gérmen de trigo.
Hierro
Se combina a las proteínas y al cobre para ayudar en la producción de hemoglobina y es necesario para la resistencia al estrés y a las enfermedades.
Legumbres; huevos; veduras de hojas verdes; nabo; semillas (sésamo/girasol/calabaza); nueces (almendras); granos; pasas de uva.
Vitamina K
Promueve la coagulación de la sangre, y es útil para el funcionamiento normal del hígado y para el mantenimiento de huesos fuertes.
Nabo; alfalfa; verduras de hojas verdes; huevos; soja; remolacha.



Zinc
Ayuda en las reacciones enzimáticas, la digestión de carbohidratos, facilita la acción de las vitaminas B, la circulación, el funcionamiento del hígado y del sistema inmunológico, la síntesis de proteínas y el crecimiento celular, la salud de la piel, huesos, y articulaciones, la cicatrización de heridas y el crecimeinto de los órganos de reproducción.
Arvejas; legumbres; nueces; verduras con hojas abundantes; semillas (sésamo/girasol/calabaza); yema de huevo; granos enteros (germinados).
Selenio
Es un importante antioxidante, que por lo general se combina con la vitamina E. Protege al sistema inmunológico de daños al evitar la formación de radicales libres
Huevos; semillas de sésamo y girasol; granos enteros; verduras; ajo.
Lodo
Necesario para el metabolismo celular normal, el metabolismo de las grasas en exceso y la función de la tiroides.
Nabo; semillas de girasol; soja; calabazas de veran


QUE SIGNIFICA UNA BUENA ALIMENTACION
En la era de las dietas y la lucha constante de las mujeres por ser más bellas, jóvenes y delgadas, ¿qué lugar ocupa la salud? Hoy el termino "comer" se asocia con el dejar de comer de las dietas, o el "prohibido comer" determinado alimento y se ha olvidado que una correcta alimentación es fundamental para un buen desarrollo físico y emocional. Como solía decirme un médico amigo, "hay que comer para vivir". Muchas de las dietas o consejos para estar flacas que suelen escucharse ponen toda su atención en el resultado visible y exterior. ¿Pero cualés son las consecuencias que sufrimos dentro de nuestro cuerpo? ¿Qué aspectos de nuestra salud se ven afectados por este estilo de vida? Para entender mejor cuál es el verdadero efecto de una dieta incorrecta sobre nuestra salud, y cuáles son las claves de una buena alimentación, entrevistamos al especialista español en nutrición y medicina anti-aging, el Doctor José Antonio Casermeiro, que visitó nuestro país para presentarse en un congreso organizado por los Laboratorios Ysonut, para los profesionales en nutrición.
 El doctor Casermeiro nos da las claves para una buena alimentación.  Foto: Gunner y Asociados

¿Qué se entiende por una "mala alimentación"?
Las personas con una mala alimentación son aquellas que no ingieren por día la cantidad de vitaminas y minerales necesarios para tener una buena salud y que desconoces cómo, cuánto y cuándo hay que comer. Esto no depende del aspecto físico de una persona: puede ser una persona flaca, que por hacer una dieta errónea le falten vitaminas y minerales, o una persona con sobrepeso, que come mal y también presenta una falta. Las dietas y los malos hábitos alimenticios hacen que comamos mal, y menos nutrientes de los que deberíamos ingerir. A eso súmale el estrés (el mal de nuestros tiempos), que consume muchísima energía, y gasta lo poco que ingerimos. El resultado: una alarmante deficiencia en nuestro organismo que afecta de forma negativa nuestra salud. Según la persona, esto puede manifestarse de distintas formas: problemas dermatológicos, endocrinológicos, de fertilidad, cardiovasculares, del aparato digestivo, o incluso grasa corporal localizada, que suele ser una de las razones por las cuales las personas hacen dieta en primer lugar, y termina siendo consecuencia de una mala alimentación.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de seguir una dieta?
Lo más importante a la hora de hacer dieta es evitar el efecto rebote. Cualquier tratamiento, si luego va a haber efecto rebote, no sólo no es efectivo sino dañino y contraproducente, sin importar cuánto pesa una persona. Cualquier tratamiento para pérdida de peso , donde se pierda masa muscular en el camino, va a tener el efecto rebote: en cuanto varíe un poco la dieta, va a volver a engordar, y a notar grasa depositada, porque disminuyo su metabolismo. La masa muscular de una persona determina su metabolismo basal. Una persona fuerte, que tiene músculo, es un motor de Ferrari. Una persona fofa que no tiene músculo es un motor de un autito pequeño. Cuanto más músculo tiene una persona, más gasta. Si yo recibo a un paciente que pesa 80 kilos y gasta 2000 calorías, y le digo que haga la dieta de la lechuga, va a perder masa muscular y va a descender su metabolismo basal. Cuando se va de mi consulta con diez kilos menos, se va gastando 600 calorías al día. Yo recibí un Ferrari y devuelvo al mundo una moto. El día que ese hombre coma algo más que solo lechuga, va a volver a engordar. Por eso se da el efecto rebote. Lo que hay que hacer no es que pierdan 10 kilos sino el exceso de grasa que puede representar un problema de salud, o simplemente un problema estético. ¿Qué propone Ysonut? Programas nutricionales de macro y micronutrición para perder grasa y combatir carencias de vitaminas y minerales. Los programas van variando y se arman según casa persona. No es una dieta que ya esta escrita y sólo hay que controlar el peso. La dieta se acomoda a cada individuo. Al principio empezamos con verduras y alimentos de diseño normoproteicos. Luego estos alimentos se van sustituyendo por los normales. Primero la carne, luego el pescado, luego la fruta. Depende de cada persona. El más estricto y de pérdida más rápida es solamente con verduras. Pero se puede hacer como uno quiera. Cuanto más alimentos normales consumo, como la carne que tiene más grasa, más lento el tratamiento. Lo importante es que, una vez conseguida la pérdida de peso, se está enseñando al paciente a comer teniendo en cuenta su propia cronobiología, sus necesidades de nutrición cerebral y ha adquirido hábitos completamente diferentes. Una vez acabado el tratamiento no es necesario seguir comiendo estos alimentos de diseño. Son una herramienta para conseguir que la pérdida sea de grasa. Lo que damos es proteína de alta calidad y de esta forma conseguimos que no haya flacidez, no haya hambre y tampoco haya rebote. Estos alimentos protegen el músculo del paciente y la piel.
Para los expertos en nutrición, una buena alimentación debe tener las siguientes características:
1.- Completa. Es decir que contenga todos los nutrimentos, por ello es que no debes dejar nada de lado: verduras, carbohidratos, leguminosas y carnes, deben forma parte de tu alimentación diaria. ¿Tienes dudas? Consulta el Plato del Bien Comer.
2.- Equilibrada. Esto quiere decir que los nutrimentos que consumas deben estar en proporciones adecuadas. Suficientes carbohidratos, suficiente carne, suficiente fruta, suficiente verdura, etc. Recuerda el balance 55-30-20. Es decir que tu alimentación debe estar compuesta así:
  • 55% de carbohidratos. Preferentemente con un Índice Glucémico bajo para que la glucosa vaya entrando gradualmente al torrente sanguíneo y no descontrole tu Diabetes.
  • 30%-25% de grasas. Sobre todo insaturadas, con omega-3 y omega-6, indispensables para el organismo y de efecto benéfico a nivel cardiovascular.
  • 20%-15% de proteínas. Provenientes de carnes magras y fuentes vegetales. Que sus nutrimentos estén en las proporciones adecuadas.
3.-Inocua. Es decir, que este libre de microorganismos, toxinas y/o contaminantes que puedan ser un riesgo para la salud. Así que lava perfectamente tus alimentos antes de prepararlos y acude a establecimientos en donde hagan eso también.
4.-Suficiente. Es decir, ni mucho ni poco, debe cubrir las necesidades de cada persona con respecto a su sexo y su edad. En los adultos una adecuada nutrición junto con un peso saludable y en los niños además, que propicie un crecimiento y desarrollo adecuados.
5.-Variada. Lo que significa que debe haber una buena selección de alimentos de cada grupo que conforman el Plato del Bien Comer.
ORGANISMO SALUDABLE
Lo que habitualmente llamamos enfermedad, es solo un síntoma del estado de desorden al cual hemos llevado a nuestro organismo. En sí mismo, el cuerpo humano tiene gran cantidad de maravillosos mecanismos para resolver problemas a los que puede verse sometido: excesos, carencias, toxicidad, etc. Pero nuestro moderno estilo de vida se las ha ingeniado para colapsar esa increíble armonía, malogrando la natural capacidad de adaptación a los inconvenientes.
Asumir esta realidad, representa el cincuenta por ciento de la solución de nuestros actuales problemas de salud. Y ese es el objetivo de esta publicación: que el lector comprenda cómo él mismo ha generado tal situación de desorden y -por sobre todo- cómo él mismo puede remediar tal problema, en la medida que retorne a los hábitos saludables que nunca debió abandonar.
En esto no hay misterios, ni tampoco soluciones mágicas. Los errores se generan principalmente por desinformación. En la medida que sepamos cómo opera la inmensa inteligencia corporal y comprendamos sus mecanismos, veremos que es muy sencillo jugar a favor (y no en contra) de nuestra propia naturaleza humana. Entenderemos que no habrá medicamento alguno que pueda resolver problemas, mientras no dejemos de boicotear nuestro organismo con hábitos que van en contra de las leyes naturales que lo crearon.
En este sentido es importante comprender que sólo el cuerpo es capaz de repararse, depurarse y curarse a sí mismo. Nadie cura, solo el cuerpo lo hace. Dijo alguien “la función de la medicina es entretener, mientras el cuerpo se repara”. Nuestra tarea se “limita” a quitar la “costra” vieja y no agregar nueva; basta con “no poner palos en la rueda” de la infinita inteligencia corporal. Esto viene ocurriendo desde hace millones de años en la vida terrestre y son leyes biológicas inexorables. Debemos confiar en la magia de nuestra biología y ser pacientes.
Inicialmente debemos comprender como funciona el mecanismo de la intoxicación cotidiana y el ensuciamiento corporal. Si diariamente incorporamos más tóxicos de los que podemos evacuar, no necesitamos ser científicos para entender que la acumulación de toxinas acabará por generar un colapso tóxico. Esa es la génesis profunda de la mal llamada enfermedad: desde un eccema hasta un cáncer, todo responde al mismo mecanismo de generación. Solo difiere el grado de toxemia y el órgano mediante el cual, nuestro organismo expresa su claudicación.
Para el correcto funcionamiento corporal es importantísimo el rol que cumple la correcta nutrición, pero de poco servirá una alimentación de alta calidad en un contexto de ensuciamiento corporal crónico. El mejor de los nutrientes puede ser mal aprovechado, como consecuencia de estar atrofiados los mecanismos de la química corporal, a causa del colapso tóxico.
La analogía con un automóvil puede ayudarnos a comprender mejor este concepto. Si su vehículo está carbonizado y fuera de punto, debido al uso de combustible incorrecto, seguramente usted haría limpiar el motor y cambiaría la calidad del combustible. ¿Serviría hacer sólo una de las dos cosas? Con el cuerpo pasa exactamente igual. De poco sirve una sola acción. Hay que depurar para eliminar la vieja escoria que impide el normal funcionamiento. Y también hay que cambiar la calidad del “combustible” para que no vuelva a “carbonizar” la estructura.
Una persona que decida recuperar por sí misma su natural estado de salud y equilibrio, debe abordar irremediablemente el trabajo depurativo como prioridad absoluta. Es evidente que si no comenzamos por “destapar” nuestros filtros orgánicos y moderar el nivel de toxemia, todo lo que hagamos en procura de la salud, perderá efectividad. Viceversa, cualquier práctica terapéutica se beneficiará de la tarea depurativa y de una nutrición no ensuciante.
Ejercer nuestro natural derecho a un óptimo estado de salud, se parece mucho a una mesa asentada en tres patas: todas deben estar fuertes y en equilibrio. Por ello, la tarea de limpieza orgánica se potenciará enormemente con un contemporáneo freno al ingreso de nuevas toxinas y aporte de los nutrientes esenciales que faltan. Trabajar separadamente cada aspecto, conspira contra una rápida recuperación de la salud y el equilibrio. Ojalá este libro sirva para estimular su inquietud por el trabajo depurativo y pueda brindarle elementos útiles para transitar el sendero de retorno al estado de plenitud que nunca debió resignar.
ACLARACIÓN IMPORTANTE
Dado que estas páginas tienen una visión cuestionadora del actual paradigma de salud y que no pueden ni pretenden reemplazar a la consulta médica, sugieren la actitud responsable por parte del lector.
Propiciamos la autogestión de la salud. Esta dignificante práctica, basada en la prevención y en el sentido común, requiere individuos informados y conscientes de su maravillosa estructura corporal. Fundamentalmente personas que asuman la plena responsabilidad sobre su calidad de vida.
Aquí brindamos una recopilación de técnicas, consejos y experiencias que hemos practicado exitosamente y sin mayores inconvenientes. Esto nos llevó a compartirlos con amigos, quienes también tuvieron resultados espectaculares y ausencia de efectos secundarios. Como consecuencia, surgió esta publicación, para difundir esas cosas útiles y lamentablemente poco conocidas.
Este libro intenta compartir experiencias y mostrar otra forma de ver las cosas. Entendemos que es el modo de ir reemplazando el viejo paradigma, mediante construcciones horizontales y colectivas. Ejemplo de esto son algunos sitios de la web, donde personas comunes que experimentan métodos alternativos, desafían con sus inquietudes y evidencias, el desconocimiento científico al respecto.
Cada uno es dueño de seguir (o no) estos consejos y recomendaciones, pero sin aferrarse a ellos en procura de certezas o verdades absolutas. Simplemente no existe la seguridad absoluta. Y eso es algo importante a tener en cuenta en este despertar a nuevas realidades, que debemos explorar en persona, por ser las primeras generaciones expuestas a un escenario nunca antes experimentado.
Somos minúsculos eslabones de un gigantesco flujo evolutivo. El flujo evolutivo es siempre cambiante, porque son cambiantes nuestros entornos y realidades. Por ello son necesarios nuevos abordajes y nuevos contextos adaptados a las nuevas realidades que nos rodean y nos desafían.
A la mayoría de las personas, estos cambios de hábitos y estas prácticas depurativas, les brindan resultados espectaculares, que los estimulan a profundizar el camino. Por cierto, los primeros síntomas suelen ser intensos (generalmente proporcionales a la cronicidad del problema) y muchos lo visualizan negativamente, cuando en realidad son altamente alentadores, pues indican que el cuerpo está movilizando su energía reparadora y curativa.
También puede haber quienes manifiesten algún problema puntual o quienes no sigan las indicaciones atentamente
[1]. En realidad, los problemas son consecuencia del estado de toxemia crónica que afecta a la persona. Seguramente estos procesos patológicos, con o sin prácticas depurativas, iban a eclosionar igualmente. Un individuo con vesícula e hígado repletos de cálculos, indudablemente protagonizará una crisis en algún momento y por algún lugar.
Decimos todo esto, porque cada persona debe evaluar los riesgos potenciales de su estado. La asunción de riesgos es una decisión personal. Dicha responsabilidad nunca debe ser descargada en un libro, un método o un blog de la web. Éstos son solo medios que ponen al alcance de la gente, técnicas y visiones que funcionan y resuelven problemas a la mayoría; métodos que el sistema formal ignora, o lo que es peor, oculta.
Por cierto que lo ideal es estar siempre en manos de un buen profesional, con pericia y actualización en esta materia. Pero buscarlo es tarea individual. No nos dedicamos al trabajo terapéutico; solo difundimos y divulgamos experiencias propias y sobre todo a nivel de nuestra profesión, dado el rol trascendente de la nutrición en todos los problemas de salud.
Tampoco deseamos o sentimos que debamos convencer a nadie; cumplimos con mostrar un camino alternativo, práctico y eficiente. Ojalá que cada vez más profesionales del arte de curar tomen en consideración seriamente estos temas y asuman el desafío de alentar a sus pacientes a la práctica de métodos que realmente resuelvan patologías crónicas.



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